Santa María
desatadora de nudos
Santa María,
llena de la presencia de Dios,
durante los
días de tu vida aceptaste con
toda
humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno
nunca fue capaz de enredarte con
sus
confusiones.
Ya junto a
tu Hijo
intercediste
por nuestras dificultades y,
con toda
sencillez y paciencia,
nos diste
ejemplo de cómo desenredar
la madeja de
nuestras vidas.
Y al
quedarte para siempre como
Madre
Nuestra, pones en orden y haces mas
claros los
lazos que nos unen al Señor.
Santa María,
Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con
corazón materno desatas los
nudos que
entorpecen nuestra vida,
te pedimos
que nos recibas en tus manos
y que nos
libres de las ataduras y confusiones
con que nos
hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu
gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de
todo mal, Señora Nuestra
y desata los
nudos, que impiden nos unamos a Dios,
para que
libres de toda confusión y error,
los hallemos
en todas las cosas,
tengamos en
El puestos nuestros
corazones y
podamos servirle
siempre en
nuestros hermanos. Amén
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