Señor
Jesús te pedimos que envíes a tu pueblo
los
servidores que necesita.
Escoge
de nuestras parroquias,
de
nuestros hogares,
de
nuestras escuelas y universidades
una
abundante cosecha
de
ardientes apóstoles para tu Reino:
sacerdotes,
religiosos, religiosas,
diáconos,
misioneros y
apóstoles
seglares;
y
haz que los llamados por Ti
nunca
pierdan conciencia de la
grandeza
y necesidad de su vocación.
¡Oh!, Virgen María,
Madre
de la Iglesia,
enseña
a decir a todos los llamados
por
el Señor, un sí con alegría,
como
el que tú dijiste en la Anunciación.
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