sábado, 10 de diciembre de 2016

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN DE CARNE



Señor Dios, clemente y compasivo,

rico en bondad y en misericordia,

me pongo de rodillas ante ti,

y humildemente, arrepentido y confiado,

te pido que me des un corazón de carne,

capaz de convertirse a cada instante.

Dame, Señor, un corazón de carne

que sienta cada día la fuerza de tu amor;

un corazón de carne capaz de conmoverse

frente al mal y el pecado;

un corazón de carne que sepa dar la vuelta

y comenzar de nuevo con ánimo sereno.

Dame, Señor, un corazón de carne

que no se sienta bueno;

un corazón de carne que busque conocerte

para mejor amarte;

un corazón de carne que mantenga presente

la herida del pecado y el dolor que te causa.

Dame, Señor, un corazón de carne

que siempre se interese por ti y por tus cosas;

un corazón de carne que sea fiel y generoso;

un corazón de carne que ame la justicia;

un corazón de carne esforzado y valiente;

un corazón de carne que no guarde rencores

por nada ni por nadie.

Dame, Señor, un corazón de carne;

un corazón que ame hasta que duela;

un corazón que busque ser mejor cada día;

un corazón que se eleve por encima de él mismo.

Dame, Señor, un corazón de carne;

un corazón sensible;

un corazón sincero;

un corazón sencillo;

un corazón decidido y valiente.

Dame, Señor, un corazón de carne

que reproduzca fielmente tu santo corazón;

un corazón que ame por encima de todo;

un corazón limpio y transparente;

un corazón que viva en la esperanza.

Dame, Señor, un corazón de carne,

que se parezca al tuyo;

un corazón que viva y que palpite como tu corazón.


Amén.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario