Jesús
que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor,
suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.
Te
pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de
Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su
santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den
testimonio de ti con su vida y su palabra.
Buen
Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad
para que respondan plenamente a tu llamada.
María,
Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.
Señor
Dios, Padre Celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo: "La mies es abundante,
pero los obreros pocos. Pedid al dueño de la mies que envíe obreros a su
mies". Animados por estas enseñanzas, te pedimos que envíes a tu Iglesia,
numerosas y santas vocaciones para el sacerdocio, a la vida religiosa y al
apostolado laical. Consérvales fieles en su ministerio hasta el fin; y
concédeles, por tu Espíritu Santo, un gran amor a Dios y a los hermanos, para
que en su ministerio y en su vida busquen solamente tu gloria. Por nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
Dios,
Padre y Pastor de todos los hombres, Tú quieres que no falten hoy día, hombres
y mujeres de fe, que consagren sus vidas al servicio del evangelio y al cuidado
de la Iglesia.
Haz
que tu Espíritu Santo ilumine los corazones, y fortalezca las voluntades de tus
fieles, para que, acogiendo tu llamado, lleguen a ser los Sacerdotes y
Diáconos, Religiosos, Religiosas y Consagrados que tu Pueblo necesita.
La
cosecha es abundante, y los operarios pocos. Envía, Señor, operarios a tu mies.
Amén.
Señor
Dios, Padre Nuestro, te damos gracias por los sacerdotes, que son un regalo y
un signo de tu amor.
Ellos
nos manifiestan tu corazón bueno y rico en misericordia, nos ofrecen la
salvación de Jesús y nos ayudan a vivir en el Espíritu Santo.
Concédenos
pastores según tu corazón, bendice a los seminaristas, y haz que no falten en
la Iglesia niños y jóvenes que sigan la vocación sacerdotal. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
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