¡Mi Virgencita
adorada
Que te llevo
sobre el pecho
Desde que al
mundo llegué,
Y que al lado
de mi lecho
Sin cesar te
contemplé!
Mi Virgencita
del Cobre,
Que fuiste
siempre mi amiga;
Cuando rica,
cuando pobre;
Que velaste
mis amores
Y aliviaste
mis dolores
A tí mi alma
estremecida,
En el curso de
la vida
Por siempre
fiel te adoraba,
Y hoy te
imploro conmovida
Que no te
apartes de mí
Cuando ya mi
frente helada
Reclame el
beso postrero,
Y estén
siempre junto a tí
Los hijos que
tanto quiero
Y también te
aman a tí.
Cayetana
Agostini de Godoy
No hay comentarios.:
Publicar un comentario