jueves, 27 de abril de 2017

SIN TITULO


La noche estaba del silencio en medio,
Y las cosas suspensas, aguardando
De la dichosa hora el punto, cuando
Reciba el mundo sin igual remedio.

Puso entre el hombre y Dios la Virgen medio
Su consentir humilde al Ángel dando,
Y el resplandor del Padre, así encarnando,
Ya vecino al nacer confirma el medio.

María, de extremado gozo llena
Y en vehemente ardor toda encendida,
Pide que salga el sol que la enamora.

Vistióse de blancura y luz serena,
Y sobre humanas fuerzas conmovida,
Virgen y Madre se mostró a la hora.


Luis de Ribera.

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