Amado Señor,
Ayúdame a
esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.
Inunda mi
alma de espíritu y vida.
Penetra y
posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida solo sea una emanación de la
tuya.
Brilla a
través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que entren en
contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma.
Haz que me
miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor.
Quédate
conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir
de luz a los demás a través de mí.
La luz, oh
Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tu, quien ilumine a los demás a
través de mí.
Permíteme
pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean.
Haz que
predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza
contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor
que te tiene mi corazón. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario