El
P. Pío me ha explicado, poco después de mi ordenación sacerdotal, que:
.
"Celebrando
la Eucaristía había que poner en paralelo la cronología de la Misa y la de la
Pasión. Se trata de comprender y de darse cuenta, en primer lugar, de que el
Sacerdote en el Altar es Jesucristo. Desde ese momento Jesús en Su Sacerdote,
revive indefinidamente la Pasión."
.
Desde
la Señal de la Cruz inicial hasta el Ofertorio. Es necesario reunirse con Jesús
en Getsemaní:
"Hay
que seguir a Jesús en Su Agonía, sufriendo ante esta "marea negra" de
pecado. Hay que unirse a Él en el dolor de ver que la Palabra del Padre, que Él
ha venido a traernos, no será recibida o será recibida muy mal por los hombres.
Hay que escuchar las lecturas de la Santa Misa como estando dirigidas
personalmente a nosotros."
.
El
Ofertorio, es el arresto. La Hora ha llegado.
.
"El
Prefacio, es el canto de alabanza y de agradecimiento que Jesús dirige al Padre
que le ha permitido llegar por fin a esta Hora."
.
Desde
el comienzo de la Plegaria Eucarística hasta la Consagración:
"Nos
encontramos con Jesús en la prisión, en Su atroz flagelación, Su coronación de
espinas y Su camino de la cruz por las callejuelas de Jerusalén, teniendo
presente en el "memento" a todos los que están allí y a todos
aquellos por los que pedimos especialmente. "
.
La
Consagración es, místicamente, la Crucifixión del Señor:
"La
Consagración nos da el Cuerpo entregado ahora, la Sangre derramada ahora. Es
místicamente, la Crucifixión del Señor. Por esto San Pío de Pietrelcina sufría
atrozmente en este momento de la Misa."
.
"Nos
reunimos enseguida con Jesús en la Cruz y ofrecemos desde este instante, al
Padre, el Sacrificio Redentor. Es el sentido de la oración litúrgica que sigue
inmediatamente a la Consagración."
.
El
"Por Él, con Él y en Él" corresponde al grito de Jesús:
"Padre, a
Tus manos encomiendo Mi espíritu".
.
Desde
ese momento el Sacrificio es consumado y aceptado por el Padre. Los hombres ya
no están separados de Dios y se vuelven a encontrar unidos.
Es
la razón por la que, en este momento, se recita la oración de todos los hijos:
"Padre Nuestro".
La
fracción del Pan marca la muerte de Jesús.
.
El
momento de la Resurrección:
"El
instante en el que el Sacerdote, habiendo quebrado la Hostia, símbolo de la
muerte de Jesús, deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en el Cáliz de la
Preciosa Sangre, marca el momento de la Resurrección, pues el Cuerpo y la
Sangre se reúnen de nuevo y es a Cristo Vivo a quien vamos a recibir en la
Comunión. "
.
La
bendición del Sacerdote:
"Marca a los fieles con la Cruz, como signo
distintivo y a la vez como escudo protector contra las astucias del
maligno."
.
Se
comprende que después de haber oído de la boca del P. Pío esta explicación,
sabiendo bien que él vivía dolorosamente esto, me haya pedido seguirle por este
camino, lo que hago cada día y con ¡cuánta alegría!.
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