Señor, tómame como soy; con mis
defectos con mis debilidades. Pero hazme llegar a ser como tu quieres.
Aprendéos esta corta pero profunda
oración que todos los días en la acción de gracias en la Santa Misa rezaba
desde seminarista el que fue Juan Pablo I.
Yo, desde los 17 años, la hago cuando
comulgo junto
con el Anima Christi de san Ignacio.
En el seminario la puse música y todo.
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