Cuando
te sientas angustiado y solo; cuando te parezca que tu vida no tiene sentido;
cuando el miedo te acorrale y el mundo te oprima; cuando pienses que tus
problemas no tienen solución; cuando no sepas qué hacer ni hacia dónde dirigir
tu mirada; cuando tu fe parezca derrumbarse como un castillo de naipes, busca
el silencio y ora a Dios que siempre está disponible para ti, porque te ama
infinitamente, con la siguiente oración.
Yo sé que estás aquí, Señor, aunque no
pueda verte.
Aunque no pueda oírte, ni aprecie tu
esplendor.
Yo sé que estás aquí, Señor, y que me
amas,
aunque no sienta en mí tu Vida y tu
calor.
La oscuridad me envuelve y no me deja
ver.
El bullicio me agobia y no me deja
oír.
El miedo me acobarda.
Pero a pesar de todo, yo sé que estás
aquí.
Yo sé que estás aquí, Señor,
y aunque no pueda verte, sentirte, ni
escucharte,
el corazón me dice que tu Amor
inefable
me guía y me protege.
Que tu Bondad me envuelve;
y tu amable Verdad ilumina la senda de
mi vida
y me conduce, por caminos de paz y de
esperanza
que llevan a tu Luz.
Me entrego a ti, Señor,
en la plena certeza de saber que me
amas,
por siempre y para siempre,
con tu amor que hace libre a quien
sabe acogerlo,
aunque hoy no pueda verte, sentirte ni
escucharte.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario